miércoles, 23 de marzo de 2011

Daniel Estrada el Qosqo Runa

La herencia política y humana de:
Daniel Estrada:El Qosqo Runa
Jesús Manya Salas
El país y en particular el Cusco, perdió un día como hoy a uno de sus mejores hijos, que desde sus años iniciales abrazara ideales de justicia social y libertad. Forjado desde su niñez en la ciudad de Calca, bajo la atenta mirada de don Alcides Estrada y Abelina Pérez, cultivo la amistad y avizoró desde la cercanía la realidad, que años más tarde pretendió cambiarla a lo largo de su vida.
Como estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad San Antonio Abad de Cusco, comprendió mejor las fuentes de la injusticia y abrazó las causas sociales como el fundamento de su vida, por esta trayectoria fue electo como Presidente del Centro Federado y desde cuyo seno compromete el accionar de los estudiantes con la movilización social que aspiraba la reforma agraria y el desarrollo industrial de la región.
Años más tarde, hace de la solidaridad una realidad práctica, viaja a Chile donde desempeña trabajos de voluntariado al igual que los había desplegado antes en el país, del sur volvió maduro y con el corazón enamorado de su compañera de vida, Himilce Mora.
Luego vino el rigor del trabajo como asesor de organizaciones laborales y sociales, en su tenaz visión de recuperar la identidad andina y universal del Cusco a través de su paso de un gran proyecto como fue el Plan Copesco de entonces.
Como reconocimiento a esta trayectoria fue electo Alcalde de la Honorable Municipalidad Provincial del Cusco, como propuesta de la sociedad en la filas de la Izquierda Unida desde donde desplegó sus primeras iniciativas como estadista y constructor. Años más tarde fue electo hasta en dos oportunidades, con una alta votación electoral hasta el día irrepetible, por su convocatoria y amplitud en la representación y visión de ciudad.
Fue desde esta plataforma institucional, que desarrolló una línea de conducta y coherencia de armonizar su compromiso revolucionario con una mirada andina del Cusco y del país. La mejor forma de construir una nueva propuesta social debía partir por recuperar la identidad de la cuna de la civilización andina. Prospectiva cultural y política que por otro lado servía para incorporar a la agenda de la ciudad y la región el componente del progreso, el desarrollo y la descentralización. Llevó al Cusco al escenario internacional para hacerla hermana de Roma, Atenas y otras cunas civilizatorias.

Esta concepción social y andina, que fue madurando en la trayectoria de Daniel Estrada serían los fundamentos para conducir una gestión del Cusco, con amplitud, transparencia, honradez y eficiencia. Esta fue la diferencia con el viejo modelo de los partidos tradicionales que no han podido salir de su anacronismo y su dogmatismo secular, por cuya razón fue una fácil presa de la actual crisis terminal de todos los colores ideológicos.
Desde el parlamento fue un tenaz defensor de los principios de transformación, democracia y descentralización, fueron sus banderas centrales en la recuperación de la democracia, defensor de los DD.HH. Frente a los desmanes de la dictadura. En otra etapa de su vida fue uno de los padres de la descentralización y la construcción de las regiones, arrancada al centralismo y el gobierno nacional.

Su resistencia y dignidad como ser humano frente a la inclemencia de su salud, fue una de sus últimas lecciones a sus amigos y camaradas, combatiente de la injusticia, el centralismo, el abuso del poder, enfrentó con valor a la maldición del cáncer sin una queja y lamento.

Daniel Estrada Pérez, así lo reconocen todos, es hoy parte de la historia social y política del Cusco y del país, un paradigma para las nuevas generaciones, un legítimo orgullo para sus amigos de ahora y siempre, al igual que José Carlos Mariátegui su camarada de ideales, partió en la plenitud de su juventud y humanidad al recuerdo del más allá, donde lo cobijan los grandes Apus tutelares como Pachakuteq, Thupa Amaru y otros grandes pliares que dieron origen a la civilización andina y amazónica como es el Cusco y el país.