domingo, 12 de abril de 2015

Balance de la Gestión de Carlos Moscoso:


Balance de la Gestión de Carlos Moscoso:

No son 100 son 200 días de alcalde
electo y en ejercicio.

La primera certeza que tienen las personas que empezamos a conocer a Carlos Moscoso, es que no tiene equipo de regidores a excepción de algunos profesionales y tampoco cuenta con funcionarios competentes, que hagan la diferencia de las anteriores gestiones. Pero el hecho más llamativo, es que todos los ciudadanos confiaban, que con 12 años de permanente candidato al sillón municipal, casi como una obsesión, estaba preparado e informado de la realidad cusqueña y sobre todo de un proyecto para la ciudad, del que hace mucho tiempo se adolece desde los tiempos de Raúl Salizar y Lucho Flores; con Daniel Estrada habíamos recuperado una visión andina y universal de la ciudad patrimonio, por cuya razón se encaró la recuperación de los barrios históricos y empezó a dar contenido a las calles, urbanizaciones, publicaciones, liderazgo con los objetivos señalados.

El carácter y las tendencias de la ciudad. En la actualidad en el mundo económico, político, urbanístico, cultural, productivo, recreativo, deportivo, inclusivo, articulador e integrador, nacional e internacional, entre otros tantos de los enfoques que tienen las ciudades y territorios en sus perspectivas del desarrollo, se parte de la realidad circundante y cotidiana, cotejarlas o enfrentarlas a las dinámicas, para de ellas formular las tendencias y dinámicas, con que deseamos proponer el tipo y el carácter de ciudad que aspiramos construir para las próximas décadas, de manera consultada y concertada con los principales actores de las ciudades, que somos precisamente los ciudadanos y ciudadanas.

Esta primera condición no existe en la gestión de Carlos Moscoso, la nueva administración no conoce la ciudad y por tanto no están en condiciones de transformarla, cambiarla y canalizarla hacia metas mayores y altas. En el régimen de Kausachun no hay pensamiento y planeamiento estratégico, menos una prospectiva para el nuevo siglo, como tienen las grandes capitales y ciudades patrimonio, que son gobernados por autoridades competentes y ciudadanos con deberes y derechos.
Ciudades como Sevilla y Medellín tan cercanas en tipología patrimonial y cultural, para no hablar de grandes metrópolis de millones de habitantes y potencialidades, tienen autoridades dotadas de talento y conocimiento, que en los primeros tanteos y declaraciones del alcalde y sus amigos, no encontramos en la administración Moscoso.

Cuando no hay visión de gran ciudad, tampoco hay conducta de gran gobernante, vacío y ausencia que se reemplaza con la coyuntura, la improvisación y la chismografía de comadre. Por ello anunciar disparates de bañarse en el Río Watanay al final de su gestión, salir a barrer sus veredas municipales y declamar bandos coloniales para la limpieza de la ciudad; es banalizar la gestión municipal sin entender los grandes retos y proyectos que requiere la ciudad estructural y sistémicamente. Recuperar el Río Vilcanota, pasa por construir tres grandes sistemas de agua potable, aguas servidas y las aguas pluviales; sembrar un programa de cosecha de agua en las cuencas tributarias del Watanay; reubicar a los invasores de las riveras; dotar de plantaciones y obras artísticas a la ingeniería hidráulica del rio en mención; acompañar el recorrido con parques recreacionales y deportivos; desplegar una intensa campaña de sensibilización y educación ambiental; entre otros temas, que requiere una ingente cantidad de inversión, un cronograma progresivo que aterrice en un Plan Maestro.

Los pequeños esfuerzos aislados se quedan en el camino.Los esfuerzos de algunos funcionarios y direcciones en las intervenciones de locales clandestinos, bares, mercadillos, pandillaje juvenil, etc. si no es acompañado por debatir el conjunto del Plan de Seguridad Ciudadana para toda la provincia, queda en el entusiasmo.

Las actividades culturales como la Casa Cultural y otras promociones, si no hay una estrategia y recursos quedaran en la intención.

La reforma del transporte no empieza sólo por peatonalizar la Plaza de Armas, es mucho más. El sistema de mercados no es lavar la cara de los viejos mercados, es mucho más. Así como el plan de desarrollo urbano y el reordenamiento territorial.

En resumen en estos 200 días de gestión, 100 días como alcalde electo y 100 como alcalde en ejercicio son el tiempo suficiente, para que pueda entregar al colectivo cusqueño un diagnóstico preciso y las soluciones en estos pocos cuatros años. Lo otro es pura pose y de eso está cansada la gente.