JESUS MANYA SALAS
La derecha política en el país, viene presentando diferentes fórmulas, teniendo como norte la prolongación del modelo neoliberal en lo sustancial y buscando diferenciarse en los matices sociales y a veces éticos. Las movidas son tan rápidas, que algunos se pueden quedar estancados, la famosa Alianza para el Gran Cambio que encabeza PPK junto al PPC, Humanistas, Restauración Nacional y el Partido de Acuña, han comprendido rápidamente que separados suman poco y tiene escazas probabilidades de avanzar, por ello se han apresurado en lanzar la candidatura, por todo lo alto y con la benevolencia mediática de los grupos de poder.
Esta alianza marca una nueva pauta en el escenario electoral y es importante analizarla detenidamente. Los grupos económicos y sus representantes, saben que el polo derechista es débil con un Castañeda mudo y sin reflejos políticos, conocen que en los próximos meses su caída es inevitable, por la acción moralizadora y fiscalizadora de Villarán en el Municipio de Lima, que destapara la gestión. Por esto no resulta casual que su socio de gobierno el PPC prefiera otro equipaje y se lance con PPK, para restituir por otro lado sus heridas que tiene la derrota de Lourdes Flores. Mercedes Araoz siendo una tecnócrata de la derecha, tampoco tiene el suficiente peso para convencer y atraer el voto derechista, además la derechización del Apra es de último stock, con un García escasamente creíble. Mechita pagara los bemoles de la gestión.
PPK se presenta entonces como el autor fundamental del modelo, Toledo quedara como apenas un Presidente que continuo la ruta trazada antes, la Araoz como una secretaria eficiente y alumna aplicada de PPK, Keiko Fujimori como el régimen que aplico la política económica, acompañada de graves conductas a los derechos humanos y absolutamente corrupta. En cambio Castañeda ni siquiera cuenta, porque ni lo dice ni tiene capacidad para sustentar la propuesta, que a estas alturas del partido, por otro lado requiere, alguna arquitectura social y reingeniería ética, quién mejor para hacer dichos cambios, el verdadero dueño de la fiesta, uno de los autores del modelo, el representante directo de los grupos económicos nacionales y el virrey de los dueños del mundo.
La izquierda y el movimiento social, hacen mal en menospreciar las capacidades operativas, financieras y electorales de este grupo, que ha logrado amalgamar a un sector empresarial del norte a través de Acuña, barnizar un rostro social y regional con Yehude Simon, incorporar el voto religioso de los evangélicos con Lay, bajo la cobertura de los abogados del PPC. Programáticamente este es el verdadero rostro de la derecha neoliberal, el resto son caritas bonitas o chinas, a Toledo le ha salido el competidor real desde su derecha. La izquierda debe actuar con mucha imaginación y sagacidad para enfrentar este escenario desde una posición moderna, renovada y amplia.
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