Se calientan las
elecciones en el Cusco
Jesús Manya Salas
Curiosamente el tema de la revocatoria en Lima, con el ingreso de los diversos partidos defendiendo o atacando a Susana Villarán, ha terminado por adelantar el proceso electoral regional y municipal en todo el país, el Cusco no está ajeno a esta tendencia del carnaval matizado con las diversas encuestas al gusto del cliente o el financista.
En todos los casos y evaluaciones, de llevarse en esta coyuntura las elecciones regionales y municipales, tendría como ganadores a Jorge Acurio a la cabeza del gobierno regional y a Lucho Flores en la municipalidad provincial del; son los más reconocidos en sus gestiones a pesar de algunos cuestionamientos, están colocados muy por encima de sus cercanos perseguidores y lo que es más notorio no aparecen figuras alternas en ninguno de los casos, lo que evidencia la precariedad del sistema político regional y la ausencia de una “oposición” en todos los escalones de la vida política y social.
En el tema regional, Máximo San Román vuelve a cometer el mismo error de todas las elecciones, ausentarse permanentemente del Cusco, sólo se acuerda de los ciudadanos cuando se convocan las justas electorales, ahora pretende llegar a la región abanderado por el membrete de PPK, aunque sus amigos y simpatizantes de otros tiempos emigraron a otras latitudes políticas.
El APU es otro animador permanente, su problema externo e interno radica en su doble posición frente al nacionalismo, a nivel regional se consideran una “oposición” respecto al gobierno regional a quienes enfrentaron a través de Elena Ascarza, que por otro lado por esta ambivalencia acaba de renunciar a esta agrupación y conformar otro club electoral para su candidatura en La Convención; en el terreno nacional son “aliados” del gobierno de Ollanta Humala de quien aprovechan para copar algunos cargos en dependencias oficiales en el Cusco y la elección de su congresista Hernán La Torre. Esta doble posición tampoco es nuevo en el APU, igual actuaron con el gobierno de Hugo Gonzales, participando en diversas direcciones regionales y por otro lado cuestionando desde algunos municipiosala gestión. Está por verse si el doble cachete tiene resultados electorales.
Existen también partidos que animaran las elecciones como el APRA y el fujimorismo, como un primer piso para las elecciones nacionales. Al tener pocas probabilidades de ganar la región y municipios, sus candidaturas las dirigen a ganar espacios electorales en la futura campaña al congreso nacional. Tanto en el APRA como en el fujimorismo, están esperanzados en locomotoras como Alan García y Keiko Fujimori para alcanzar algún resultado. Aunque en verdad esto mismo genera disputas y divisiones internas que desarman una buena campaña, así la carrera entre Lucho Wilson y Víctor Boluarte son una realidad, como también entre Carlos Valencia y Cornejo el alcalde de Canchis en el fujimorismo. El resto de partidos sólo llegaran a la animación del juego.
La carrera en la municipalidad del Cusco tampoco es diferente, Carlos Moscoso ha desaprovechado terriblemente estos dos años, al no construir una alternativa municipal por su ausencia del debate y la propuesta, ni siquiera aparece como un “opositor” político frente a Lucho Flores, así como su organización ha sufrido un grave desprendimiento o división con la fuga de sus regidores que no están de acuerdo con el manejo personal de Fuerza Cusco. Willi Cuzmar está más seguro como candidato en Wanchaq, el alcalde sebastiano pinta consignas para la región cuando se contenta con la reelección en su distrito. En otros distritos todavía no aparecen o vienen preparando sus vestuarios y globos para el gran carnavalón.
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