Son agentes de la Inteligencia Económica y Política de
la dictadura:
Los Topos Fujimoristas en el
Cusco
José Henriquez V.
Nunca se supo a
ciencia cierta, cómo llego el Negro Paredes a la Gerencia Municipal de Espinar,
lo cierto es que estando instalado en su despacho y con todas las comodidades
del caso en uno de los mejores y más caros hoteles de la provincia de mineros y
ganaderos, empezó a trabajar en lo que él muy bien sabía, el camino había
resultado más fácil de lo que pensaba y proyectaba, los combativos K´anas de
Espinar, sin saber habían cobijado una verdadera dinamita para sus fines.
Meses después camino
a la cárcel de Ica, producto de una oscura captura y derrota de la huelga
indefinida que sostenían frente a la mina Xtrata, el muy diligente Oscar
Mollohuanca y sus camaradas, tan entrenados en las lides de la conspiración y
el trabajo clandestino en su anterior partido el PUM y ahora en el
ambientalista Tierra y Libertad, no podían explicarse el papel de un recién
llegado a tan alto cargo de responsabilidad, del ahora reconocido y militante
fujimorista. Había superado la valla o el cernidor político.
Meses después algunos
de los allegados del alcalde, en un tono justificatorio decían que el
personaje, había camuflado muy bien sus antecedentes políticos, con una gran
aureola de gerente eficiente en varias dependencias de la Municipalidad
Provincial del Cusco, Essalud y otras empresas privadas, nublando la frágil
vigilancia del alcalde y su círculo cerrado, que estaban preocupados en otros
asuntos “más importantes y revolucionarios”.
Otros más tarde,
explicarían que fue Edward Yábar, el personero de la gran minería, asesor de la
gestión provincial de Chancayauri el alcalde anterior de Espinar, el que abrió
subrepticiamente el camino al cargo. Primero, fue escondido en los registros
del Programa SERVIR que implementa la PCM y el MEF, institución que destaca a
sus entrenados profesionales a las gerencias de los gobiernos regionales y
municipales opositores, que cuentan con canon minero y gasífero, desde cuyas
instancias tener controlado la supuesta “eficiencia y calidad del gasto” bajo
los parámetros de la política económica que controla y maneja el ministro y sus
grupos de poder.
Por muchos caminos se
llega a Roma y Yauri la capital de Espinar, lo cierto es que el Negro, estaba
en el lugar preciso y necesario para el proyecto y por eso tenía el pecho más
hinchado que el pavo García Pérez, es cierto que era un redomado fujimorista,
“un chino a morir” como se jactaba, desde dichos lazos había llegado a trabajar
también en el Ministerio del Interior y afianzado su amistad con el congresista
Lucho Wilson del partido aprista a quien visitaba constantemente a su oficina
en Lima.
Todos el país
conocía, salvo parecer la dirección regional y nacional de Tierra y Libertad,
que la Provincia y pueblo de Espinar, era un escenario de alta confrontación en
la que estaban en juego diversas alternativas y escenarios económicos, sociales
y políticos, cuyo desenlace era una incertidumbre a raíz de la llegada de Oscar
Mollohuanca a la Alcaldía Provincial de Espinar, Jorge Acurio del Partido
Nacionalista a la Presidencia Regional del Cusco y luego el aluvión electoral
por la Gran Transformación de Ollanta Humala. Los más reaccionarios estrategas
de la ultra derecha y ambiciosos empresarios, señalaban que el “chavismo” había
capturado el Cusco, un peligro que debía ser conjurado adecuada y oportunamente.
En Lima desde meses
atrás habían constituido un gabinete de trabajo especial, entre los
representantes de los grupos mineros y gasíferos con intereses en Cusco y
Espinar, delegados del Consejo de Ministros comisionados por Oscar Valdez,
quienes trabajaron una estrategia para ahogar las demandas de Espinar y
arrinconar al nacionalismo en el gobierno regional. En esa estrategia el
accionar y papel de los “topos” como agentes infiltrados en las gestiones en
conflicto era vital.
Espinar fue el primer
campo de entrenamiento y aplicación de esta estrategia, la huelga indefinida
que paralizaba Espinar en la defensa de sus derechos sociales y ambientales
estaba en plena marcha y cumbre, preparaban también una respuesta al Proyecto
Majes II que se pretendía imponer trasvasando las Aguas de la Cuenca del
Apurímac, para beneficiar a otros monopolios hidroeléctricos.
Si bien es cierto que
el peso de las acciones la llevan adelanta las organizaciones sociales a través
del Frente de Defensa de los Intereses de Espinar, la municipalidad provincial
juega un papel de apoyo y respaldo, desde el inicio de la huelga indefinida se
percibía que había fuga de informaciones hacia la policía y la PCM en Lima,
muchas actividades fueron bloqueadas preventivamente por la policía que se
adelantaba a los hechos, comprometiendo a los huelguistas con supuestas
acciones violentistas con la intención de quebrar la huelga; a tal punto que
los dirigentes y el alcalde tuvieron que pasar a la clandestinidad, por las
órdenes de captura que se emitían desde el Ministerio Público y el Poder
Judicial. El punto de quiebre llegó con la captura de Oscar Mollohuanca en las
instalaciones de la Municipalidad, cuando se aprestaba a reunirse con el
Presidente Regional Jorge Acurio, alguien desde adentro había soplado la
información y la dotación policial se presentó inmediatamente. El topo estaba
cumpliendo sus funciones con mucha eficiencia.
La prisión del
Alcalde de Espinar fue aprovechado por el gerente para implementar un golpe de
estado contra dicha autoridad, comprometiendo a una fracción de regidores
encabezada por la primera regidora, que ocupaba interinamente la alcaldía, para
vacar a Mollohuanca con una serie de argumentos y fundamentos, que no logró ser
materializado por la resistencia de los regidores y funcionarios del municipio,
que empezaron a dudar del gerente municipal y finalmente ser descubierto en
todas sus intenciones.
El gerente no sólo se
dedicó a promover la vacancia del alcalde, también desarrollo manejos nada
transparentes en la administración, como es la compra de dos compactadoras de
basura que fue adquirida como si fueran nuevas cuando en realidad era de
segundo uso, proceso penal que se encuentra curiosamente congelado hace muchos
años en el poder judicial de Espinar; luego se descubrieron la vida licenciosa
que disfrutaba el mencionado funcionario en los mejores hoteles de la provincia
y Lima. El negro no había olvidado sus malas costumbres, por lo que fue
desaforado de otras instituciones, por su comportamiento cuestionable y oscuro
que se conocería después de algunas investigaciones periodísticas.
En las autoridades de
Espinar, hay clara conciencia de que la llegada de Juan Carlos Paredes Concha a
la municipalidad no fue casual, fue parte de un operativo de inteligencia
privada y pública en las que convergieron intereses económicos de las empresas
que operan en la zona y por otro lado el interés político de los sectores
fujimoristas que siguen actuando en el escenario nacional. El objetivo era
hacer abortar la demanda de Espinar, quebrar o bloquear la actividad del
Alcalde Provincial por la vía del sabotaje de su gestión o su vacancia.
Conseguida la
libertad de Oscar Mollohuanca, permitió colocar las cosas en su lugar, Paredes
Concha fue destituido por petición expresa del Frente de Defensa, aun así el
funcionario pretendió quedarse por la vía de una queja laboral durante unos
meses.
Días después de su
experiencia en Espinar, se sumó al equipo que trabajaba por la destitución de
Jorge Acurio del Gobierno Regional, reencontrándose con sus anteriores
promotores que habían priorizado el caso del Cusco, por decisión de los
intereses económicos y políticos a quien sirven.