De alcaldes a Presidente
Regional del Cusco
Jesús Manya Salas
Cerca de cinco alcaldes
provinciales y distritales han renunciado a sus cargos, para emprender la tarea
de candidatear y tentar el sillón regional, mucha gente considera que es un
proceso normal de desarrollo político de las personas, pero como veremos ellas
tienen sus aristas positivas y negativas que deberán ser evaluadas, aunque finalmente quien defina la
circunstancia serán los electores con su voto.
El lado positivo de
estas candidaturas viene del hecho, de escalar un peldaño experimental en la
gestión pública, muchos de ellos con una o dos gestiones municipales en sus
hombros, demuestran
que ya conocen el manejo de la cosa pública y que por tanto sólo tienen que
actualizar su experticia, de ellos la población no tolera ni espera un
aprendizaje, sino que exige una rápida respuesta en la resolución de los
problemas y demandas que los aquejan.
Otro escenario es que
ellos, conocida su experiencia gubernamental, tienen poco que callar u ocultar,
por cuanto han estado en todos estos años, en el ojo y escrutinio de la opinión
pública, todos saben y sabemos de la calidad de propuesta que enarbolan, del
equipo o personalismo con que manejaron la gestión, así como su papel frente a los
hechos de corrupción, en consecuencia sus credenciales están más claras y
públicas que un candidato desconocido o nuevo del que poco o nada se conoce.
En dónde pueden radicar
sus dificultades, primero en su visión fragmentada de la realidad. Sería funesto una visión localista y
provincialista de una gestión regional, considerando que más allá de su
voluntad siempre existe la tendencia humana del apego al terruño y el
compromiso electoral con los más cercanos de vivencia.
Si ellos pensaban ahora
como estrategia electoral, levantar las banderas de un liderazgo provincial
frente al centralismo de la ciudad capital, esta votación diluirá sus pretensiones
en varias votaciones,
Benicio Ríos buscará representar al electorado del Valle Sagrado, Ricardo
Cornejo a Canchis y Canas, Mario Condori a Paucartambo y Quispicanchi, Oscar
Mollohuanca a las Provincias Altas y Julián Incaroca parte del Cusco, con lo
cual el mito del voto provinciano cerrado simplemente no existirá, pasando el
electorado de Cusco ciudad y La Convención a ser la cabeza determinante por su
volumen electoral.
La única forma de
revertir esta dificultad, es con una buena candidatura a la Municipalidad
Provincial del Cusco, hecho complicado considerando que los principales
caudillos electorales de la ciudad, están comprometidos con sus propios
movimientos como
Lucho Flores y Carlos Moscoso respectivamente.
Finalmente la
proliferación de candidaturas provinciales y citadinas para la región, puede
dificultar un triunfo en primera vuelta de cualquiera de ellos, abriendo las puertas para una
segunda votación, balotaje que ya requiere otra estrategia electoral que
permita sumar votos a través de alianzas programáticas y de gobierno,
propuestas que hasta ahora no aparecen ni son explicitadas por ningún
candidato.
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