Bajo Urubamba: Reparación histórica a los pueblos amazónicos
Hace
muchos años ha venido madurando la defensa de los derechos de los pueblos Ashaninkas,
Machigangas y otros que habitan centenariamente en sus territorios ancestrales,
durante la colonia fueron absolutamente marginados, la república tampoco cambio
mucho su segregación, en los últimos tiempos sus organismos Ceconama y Comaru
avanzaron hacia la constitución de una Unidad de Gestión para el Desarrollo del
Bajo Urubamba y en dicha agenda la distritalización es uno de los puntos de
reivindicación política e histórica. Lamentablemente el Congreso de la
República paralizó el reconocimiento que se preparaba; mientras tanto los miles
de amazónicos, veían transcurrir por los ductos del Gasoducto de Camisea para
la exportación, millones de pies cúbicos de gas que cuestan dos dólares el millón
de BTU, mientras que el balón de gas bordea los 170 soles. Un dato irrefutable
de la injusticia, el abuso y la marginación a los dueños de los territorios en
donde están ubicados los pozos de reserva y explotación que genera y aporta
millones de soles, para el provecho del Consorcio Camisea y por la vía del
canon al gobierno central, regional, distrital; los grandes ausentes de la
redistribución las comunidades nativas.
Se
ha constituido una Comisión de Trabajo entre el Gobierno Regional del Cusco,
las comunidades del Bajo Urubamba y otros asentamientos que avanzaran hacia la
formalización y reconocimiento de un nuevo distrito, el mismo que tendrá
objetivos sustantivos como finalmente el derecho al autogobierno y soberanía de
estos pueblos, nadie debe volver a usurpar su representación y gestión, los escépticos
de siempre dicen que puede fracasar, pero no importa es su derecho a caminar y
tropezar, los más provocadores señalan que hay pelea por la plata del canon con
Echarate, pero igual las comunidades no reciben nada de nada, así que es mejor
que administren y gestiones sus recursos, porque cuadros profesionales si los
tienen y será una buena oportunidad para medir y alentar sus capacidades.
Los
pasos debe caminar por la vía del diálogo y el consenso de todas las partes
involucradas sean distritos y comunidades, resolviendo la demarcación territorial,
aprobando con voluntad popular el camino, para hacer irreversible dicho
proceso.
Este
primer paso político y administrativo de la distritalización debe abrir camino hacia
un reconocimiento de nuestra condición de interculturalidad, de respeto entre
andinos y amazónicos, la visión de un estado inclusivo y diverso, plurietnico, soberano
y autónomo.
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