LOS ENTUERTOS DE LA
IZQUIERDA
CUSQUEÑA
En distintos medios y con diversos argumentos,
vienen analizando la actuación del abanico de partidos y movimientos de
izquierda en el último proceso electoral, enfoques y posiciones que reflejan
diversos intereses y perspectivas, el Cusco tampoco es ajeno al debate.
Si en Lima el argumento de los
dirigentes para ir fragmentados en las elecciones y abrir las puertas del
retorno a la ultraderecha corrupta, fue el supuesto “centrismo y reformismo de
Susana Villarán” que no respondía a las expectativas “revolucionarias y éticas”,
en el Cusco no existía tal pretexto o
argumento y así durante varios meses estuvieron reunidos diversos partidos del
Frente Amplio a través del PC, Tierra y Libertad, PS, Fuerzas Social, MAS y
otras agrupaciones regionales de izquierda, buscando viabilizar la propuesta
electoral del cambio.
Sin fundamentación alguna Tierra y
Libertad, dinamitó la unidad regional de la izquierda, explicando que su decisión de participar con nombre
y candidatura propia era un acuerdo de su dirección regional y nacional, anunciando
a Oscar Mollohuanca a la presidencia regional; unos días después Patria Roja informó
postular electoralmente bajo el nombre y símbolo de Acción Popular; el PC
participó en las listas de Fuerza Inka Amazónica, otros lograron colocar sus
candidaturas en APU, Tawantinsuyo, Humanismo y la PAPA, una diáspora política y
camino al precipicio.
Los primeros resultados de esta
fragmentación, fue la desaparición de la agenda y el programa transformador de
la izquierda en toda la campaña, el
PC y Patria Roja invitada o cobijada en membretes regionales no tuvieron
capacidad programática de colocar las ideas fuerza en el debate, fueron
subordinados por una campaña anodina y gris; otros como T y L se auto
marginaron en focalizar sus campañas en algunas provincias; los viejos maoísta y
radicales ochenteros resucitaron en la PAPA para jugar también en la democracia
sin trascendencia.
Probablemente si hubieran hecho un
esfuerzo mayor, para construir la unidad, los resultados para la izquierda
serían mejores, así lo confirman los números
electorales: el FIA, T y L, Tawantinsuyo, Autogobierno Ayllu, alcanzan
aproximadamente 5 % cada uno, Patria Roja y PAPA cada uno araño un 2 %, aritméticamente
todos superaban el 25 % con el cual ganaban las elecciones. Si a ello se suma
el 24 % del APU que es un conglomerado amplio progresista, se conquistaba
largamente el gobierno regional y los municipios como en otras regiones. Frente
al 4 % del fujimorismo y el 10 % del Apra y Restauración Nacional organizados en la Alianza Popular.
Habrá
todavía tiempo para el balance, ahora la
segunda vuelta está a las puertas, las izquierdas (varias) porque es otro dato
de la realidad, tienen que jugar un rol en la campaña, recuperar iniciativa y
propuesta programática, sería un error sacar conclusiones derrotistas o
triunfalistas, echando curso a la manía de acusar a reformistas y radicales
para profundizar la desconfianza y la división.
Las izquierdas de abajo, militantes de
causa, más que de militancia orgánica y partidaria, han conquistado la mayoría
de las municipalidades provinciales y distritales del Cusco. Son autoridades
que no están sujetos a membresías sectarias, sacaron la cara por el
pueblo izquierdista, tomando distancia a la fragmentación de sus dirigentes.