CUSCO: LA ENCRUCIJADA ELECTORAL
DE LA SEGUNDA VUELTA
La segunda vuelta es un reto para los
movimientos que disputarán el ballotage, o avanzan en la construcción de una
concertación para formular un gobierno de ancha base, o sucumben en el camino
de la fragmentación y el sectarismo,
que terminaría por sepultar las aspiraciones electorales, tanto de APU y
Kausachun.
En
consecuencia tienen que actuar con mucha iniciativa y flexibilidad para armar las
alianzas políticas, abriendo las puertas del entendimiento programático y
compromiso de gobernabilidad, más que la simple suma de las siglas o nombres de
los candidatos, porque un paso mal dado, puede terminar con la diáspora
electoral.
Todos sabemos que la precariedad y la
crisis del sistema de partidos, se reflejara con mayor nitidez en esta segunda
vuelta, considerando que a diferencia
de otros tiempos no hay la disciplina partidaria para endosar la votación de
una lista por otra, tampoco el liderazgo de las candidaturas presidenciales para
convocar votaciones prestadas ocasionalmente en las elecciones.
Con mucha rapidez algunas organizaciones,
sin haber consultado a sus escasos y valiosos militantes, ya pretenden dirigir
la votación para uno u otro lado,
esta informalidad dinamitará la precariedad institucional; por ejemplo los
electores de Cuaresma, el Apra y AP, los primeros en emitir señales de apoyo a
Kausachun, estarán dispuestos a cargar las banderas de Licona, sin acuerdos y
compromisos, o terminaran votando a la libre sin dirección y condicionamientos.
De
igual forma en Tierra y Libertad, Ayllu, Tawantinsuyo, FIA, hay señales en
varias direcciones, algunos dirigentes y autoridades electas mayoritariamente
apuestan por el APU y una minoría a Kausachun, incubando innecesariamente una
crisis y desbande electoral, si no toman acuerdos consensuados e institucionales.
A
estas alturas el movimiento que actúe
con sensatez y respeto institucional de la política, promoviendo por delante
los acuerdos programáticos, antes que cualquier repartija o puestismo, tendrá
mejores oportunidades de cosechar una mayor votación y sentar las bases de una
gobernabilidad y un buen gobierno.
Si
estas dificultades ocurren en la acumulación política, los caminos de los acuerdos electorales con las identidades
territoriales, sociales, profesionales y personalidades, requieren mucha
iniciativa, tratamiento diverso, complejo y particular, en eso radica el
arte y la ciencia de la política.
Los
equipos destacados a esta tarea sustancial, tienen
un examen para su talento y comprensión del mandato electoral cusqueño, que ha determinado
la necesidad de construir consensos a partir de las propuestas programáticas y
políticas, dejando para un lado la guerra sucia y las calumnias que han
caracterizado la primera vuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario