El Camarada Roberto Rojas, ha partido a la eternidad, luego de una vida dedicada a las causas sociales y a la defensa de los derechos de los trabajadores. Conocí a Roberto encabezando las grandes movilizaciones de los trabajadores de Construcción Civil, junto a Pedro Huilca Teqse, Rodolfo Valdivia, Octavio Huamanzana, Domingo Escobar, Rubén Acurio, Juan de Dios Ninantay y el popular Huasteco, toda una promoción de cuadros sindicales y militantes del PC de Huamantica y Vicente Medrano.
Precisamente por defender a los trabajadores sufrió encarcelamiento y acusación de terrorismo, luego de ser torturados y quemadas sus manos para autoinculparse; hecho que mereció una intensa campaña nacional e internacional para lograr su libertad y la de sus compañeros. El Comité de Defensa de los Derechos Humanos presidido por Daniel Estrada Pérez, fue la encargada junto a la FDTC y sus camaradas de la Juventud Comunista, los que arrancaron al dirigente de la prisión, todavía recuerdo aquella tarde en que junto a Rubén Acurio Rivas, lo esperamos y recogimos en la puerta de la cárcel de Qenqoro, en medio de la conversación reafirmamos nuestra posición de seguir luchando por la justicia y la libertad en tiempos difíciles que se acercaban.
Mas tarde ocupó la Secretaría General de la FDTC y fue electo como miembro del Comité Central del PC, desde los cuales desplego una intensa actividad organizativa y movilizadora contra los diversos gobiernos, que empezaron a implantar el neoliberalismo en pequeñas dosis. Producto de esa convocatoria y dedicación, la JC cusqueña lo presento como candidato de los trabajadores al Congreso Nacional de la República, consiguiendo leyes para muchos gremios sindicales, como la Bolsa de Trabajo del que hasta ahora gozan los trabajadores de construcción civil.
En los últimos años a pesar de su enfermedad, siguió luchando junto a sus compañeros del andamio, una tarde de aquellas conversamos prolongadamente, acerca de la crisis que atraviesa la FDTC y la división que sufría el sindicato de construcción, concordamos que la mentalidad egoísta e individualista que promovía el neoliberalismo, estaba impregnando muchos comportamientos dirigenciales, por cuya razón el personalismo imponía sus intereses a la causa común del proletariado. Repasamos y recordamos aquella fraternidad que nos unía antes, las prisiones que sufrimos, las victorias que conquistamos, nuestra militancia revolucionaria. Hablamos con transparencia las diferencias de enfoque que teníamos acerca de hechos políticos nuevos con franqueza y compromiso. Concluimos seguir bregando por el pueblo, la unidad de sus organizaciones y finalmente comprometernos en la refundación revolucionaria de la izquierda.
En estas circunstancias lo sorprendió la muerte, gloria eterna Camarada Roberto Rojas y Descansa en Paz.
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