JESUS MANYA SALAS
El salto electoral de Susana Villarán en las elecciones para la Municipalidad de Lima, tienen varios hechos que marcaran la pauta política en los próximos años:
La presencia de las fuerzas progresistas o de la centro izquierda, retoman la iniciativa política de crear un espacio electoral nacional, luego de un crudo invierno de ausencia y divisiones de la Izquierda Unida que logró aglutinar un tercio electoral y gobernó varias provincias y regiones, gestiones con auténticos logros como el Alfonso Barrantes y Daniel Estrada en Cusco, la propia experiencia de Susana Villarán proviene de ella como la recuerda y defiende. La izquierda empieza a salir de su regazo de uno por ciento para posicionarse con fuerza en Lima y en varias regiones.
Pero no se trata de cualquier izquierda, sino la moderna y democrática que culmina con la hegemonía y etapa de los viejos caudillismo dogmáticos y con la vieja partidocracia, se abre curso a un posicionamiento de una centro izquierda plural y contemporánea que recupera el discurso social y del cambio frente a la ofensiva liberal. Es la misma corriente que tiene en Lula, Bachelet, Mujica los nuevos referentes de gobiernos progresistas exitosos y reconocidos, antagónicamente diferentes a los émulos de García como Uribe, pero distantes de los tropicalismo de Chávez u Ortega. Esta izquierda renovada por fin se hace presente en el escenario nacional y es producto de una tenaz lucha y esfuerzo de un conjunto de generaciones, que sin renegar de sus ideales socialistas comprendieron los cambios en el mundo y en el país y esbozaron con dificultades nuevas respuestas y retos.
Es por otro lado un nuevo espacio que acompañará al nacionalismo de Ollanta, emulando en ideas y posiciones para avanzar y construir propuestas, el cerco y el chantaje mediático que han impuesto al nacionalismo para esclerotizarlo o empujarlo al radicalismo anti sistémico, empieza a romperse desde el lado de la izquierda democrática; miles de socialistas y demócratas empiezan a tener una representación, para enfrentar a la hegemonía neoliberal y buscar los cambios desde el progreso y la descentralización.
El avance electoral de Susana es el resurgimiento de la izquierda, jugará en los próximos años un gran papel, en la medida que dicho proyecto siga siendo plural, democrático y social, ajeno a los anti izquierdismos paquidérmicos que enseña el libro de la derecha y que le hacen el juego algunos nacionalismos. El Cusco con tradición revolucionaria debe saludar la perseverancia de Susana y apostar por trabajar por una coalición del gran cambio sin vetos y falsos vanguardismos.
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